De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, entre un 10% y un 15% de los medicamentos que se consumen a nivel global son falsos. En Colombia el panorama es mucho más grave, alcanzando el 40%.
Mientras más exitoso es un producto, más susceptible de ser falsificado y si es de alto costo, resulta aún más atractivo para los delincuentes, aunque el problema se presenta en medicamentos de cualquier nivel de precios.
Los productos farmacéuticos falsos perjudican a los consumidores, pudiendo causar lesiones, efectos secundarios indeseables, y hasta la muerte. En el "mejor" de los casos se trata de sustancias inocuas que no cumplen ninguna función, permitiendo el avance de las enfermedades que deberían combatir.
Por otro lado, está el perjuicio para los laboratorios, que ven como personas inescrupulosas se quedan con una parte de su mercado, a la vez que destruyen la confianza de aquellos incautos que consumen productos falsos o adulterados con su marca, sin enterarse de lo que en realidad son y achacando luego su ineficacia o efectos indeseados, al original que creyeron haber comprado.
Y entonces, ¿cómo hacer para no terminar adquiriendo uno de estos peligrosos productos sin saberlo?
Según el tipo de medicamento, compre en droguerías, farmacias o supermercados.
Evite la compra de medicamentos por internet, a menos que se trate del sitio online de una empresa reconocida.
Revise el holograma de seguridad, que debe estar intacto. Cada vez más laboratorios recurren a ellos pues a diferencia de otros sellos de seguridad comunes, los hologramas son imposibles de falsificar y en caso de manipulación, dejan una huella que así lo evidencia (tipo VOID, colmena u otro).
Fíjese en la Fecha de Fabricación y de Vencimiento. No deben presentar alteraciones o enmendaduras
Preste atención al estado general de la caja y/o envase, así como a la calidad de impresión y otros detalles.
En caso de duda, póngase en contacto con el fabricante o importador legal.